domingo, 28 de septiembre de 2014

IN MEMORIAM Y EL INEXORABLE PASO DEL TIEMPO

De todos es sabido que el tiempo no perdona y hace mella en todas y cada una de las cosas que nos rodean. Tanto más en las obras musicales que, por su naturaleza, están sujetas a la interpretación que de ellas haga el ejecutante. Una composición musical podrá estar provista de todo signo o matiz que el autor considere necesario para su correcta ejecución, pero está claro que ninguna interpretación de dicha obra será idéntica al cien por cien a cualquier otra. Y mucho menos cuando con el transcurrir de los años y por necesidades del momento, esa obra es transcrita, copiada o arreglada para determinadas formaciones por músicos más o menos capaces. El resultado puede diferir mucho o poco del original. Lo que está claro es que, dependiendo de la antigüedad de la obra, con el tiempo incluso se puede llegar a confundir lo que es original de lo que no. El caso que se plantea a continuación puede que haya sufrido las variaciones que produce este llamado inexorable paso del tiempo.
Una marcha que cuenta con una triste historia, una auténtica tragedia personal en la vida de su autor, el músico catalán Agustí Coll i Agulló.
El Maestro Coll nació en la localidad barcelonesa de Mataró el 3 de diciembre de 1873 en lo que suele denominarse un entorno familiar modesto. Su padre trabajaba en el sector textil que, desde unas décadas antes era un importante motor económico de aquella localidad. Desde muy pequeño dio muestra de unas notables dotes para la música, motivo por el cual y tras pasar por el coro parroquial, uno de sus responsables, el Padre Gaspar Collet costearía sus estudios de música, que perfeccionaría en Barcelona, donde compaginó éstos con la interpretación de diversos instrumentos y con otro de los pilares de su carrera: la música coral.
En su Mataró natal, ciudad de la que nunca quiso desligarse hasta el punto de rechazar la posibilidad de ser Músico Mayor del Ejército, fundó en los primeros años del siglo XX dos importantes instituciones musicales: el “Orfeó Mataroní La Palma” (1903) y la Banda de Música Municipal de Mataró (1911), entidad ésta última que dirigió hasta su jubilación en 1929.
Sería prolijo dar cuenta de la multitud de composiciones, tanto en el ámbito coral como en el instrumental, que realizó el Maestro Coll. Quizá la más destacada en cuanto a repercusión sería la suite sinfónica ‘Ecos de Cataluña’, en 1919.
Para los cartageneros, la pieza indiscutiblemente más conocida de Coll Agulló será la marcha fúnebre que compuso en 1921, ‘In Memoriam’, una composición motivada por la tragedia personal del autor.
Agustí Coll contrae matrimonio en 1900, a los veintiséis años de edad, con Joana Rosell Tarrés. Un año después nacerá su primogénito, Eduard, quien fallece a los dos meses. Dos años más tarde, en 1903, el matrimonio Coll Rosell tendrá un nuevo hijo, Ferran, en cuyo parto muere la madre. Volverá a casarse unos años más tarde, con Assumpció Genís Vilaró y en 1908 tendrán un hijo al que llamarán Jaume. Los dos hijos de Agustí Coll Agulló fallecen diez años después.

Se escribía en la necrológica del Maestro Coll que llevaría su desgracia con absoluta discreción, hasta el punto de no comunicar a sus amigos los fallecimientos para que no tuvieran que molestarse en acudir al entierro.
En 1921, Agustí Coll publica en la Revista Musical Harmonía, de Madrid, una marcha fúnebre dedicada a memoria de sus hijos: ‘In Memoriam’. Es tal la fuerza del drama personal del autor que, aunque en la partitura original aparece el nombre por el que la conocemos, será la dedicatoria la que prime a la hora de nombrarla en las interpretaciones que de la misma se hagan en Mataró.
Las investigaciones realizadas por el responsable del Archivo de la localidad de Mataró, Nicolau Guanyabens, que publicara a comienzos de 2007 una extensa biografía de Agustí Coll, le permitieron encontrar en la Biblioteca Popular de "Caixa Laietana" diversas partituras del archivo de la Banda Municipal, entre las que se encuentra el manuscrito de ‘In Memoriam’, compuesto por dos cuadernos, uno de borrador y otro con las doce páginas de la partitura en limpio.
La portada de la marcha dice así: A.Coll Agulló. “In Memoriam”. Marcha fúnebre para banda. A la memoria de mis hijos.
Existe además constancia de la interpretación de esta pieza en dos ocasiones. Cuando falleció Agustí Coll, el 21 de marzo de 1944, la repercusión en su localidad fue enorme, acompañando a los restos mortales el Ayuntamiento pleno y la Banda de Música Municipal. Un mes más tarde, el 23 de abril, se celebraría un concierto homenaje, en el que la misma banda interpretaría diversas obras del músico fallecido, entre las que se encontraba su Marcha Fúnebre, que en el programa del acto aparece nominada como ‘A la Memoria de mis Hijos’.
Se confirman así datos esenciales de la historia de esta bella y triste composición, como su año de composición y dedicatoria. También con ello se descarta cualquier relación en origen con nuestras procesiones, por lo que su vinculación con la Virgen California debió conformarse a lo largo de los años, muy probablemente por la inclusión de esta pieza en el repertorio de la Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina, que durante muchos años acompañó a la Virgen del Primer Dolor.
La hipótesis que justificaría la inclusión de esta marcha en el citado repertorio sería, a mi entender, el hecho de que una obra de este autor, 'Ecos de Catalunya', se publicara de forma conjunta en 1944 con 'Simpatía', una obra del también músico Camilo Pérez Monllor (1877-1947), que fuera director de la Música de Infantería de Marina en Cartagena entre 1919 y 1927, precisamente en la época en que se escribió esta marcha. Puede que fuera un nexo que permitiera conocer más obras del Maestro Coll.
Con el tiempo, ‘In Memoriam’ se ha identificado en Cartagena con la Virgen del Primer Dolor, hasta el punto de que este tercio la ha convertido en su única banda sonora cada Miércoles Santo.
Agustín Alcaraz Peragón

Conocía la marcha desde hace años pero era muy niño y sólo la recordaba vagamente. Ya entonces, me gustaba escuchar la música procesional y mi interés creció cuando, aún de educando, me quedaba a los ensayos que la banda hacía en la época de Semana Santa. Mi hermana ya tocaba entonces y fotocopiaba sus papeles para estudiarlos. Me acuerdo que, una vez en casa, tarareábamos las marchas intentando hacer voces y disfrutábamos con ello. Avanzando en el tiempo, me planteé componer alguna marcha por lo que decidí pedirle a D. Juan Hernández, el que fuera archivero por tantos años y alma mater de la academia de la banda, algunos guiones de marchas procesionales que me servirían de ejemplo para mi composición. Entre ellos figuraban varios guiones manuscritos (sin duda copias realizadas por distintos músicos) y uno de ellos resultó ser el de In Memoriam (ilustración 8). Desde que tuve ordenador y un programa de música, me lancé a la tarea de introducir las notas de aquellas marchas que tenía en el recuerdo o de las que no conocía para ver cómo sonaban. Fue un gran momento.
Dando un salto muy grande y situándonos en la actualidad, tengo que decir que, gracias a esta extraordinaria herramienta llamada Internet, he podido salir de la isla y conocer parte del amplísimo mundo de la música procesional y su entorno. Para ello, Patrimonio Musical ha sido clave a la hora de buscar información, compartir opiniones y descubrir nuevas marchas. Y he aquí que, leyendo y aprendiendo de muchos compañeros de este foro, di con un tema abierto y varias referencias hacia la marcha que nos ocupa. Mi compañero en el foro Agustín Alcaraz Peragón (Ventimiglia) había realizado una primera investigación sobre la historia de la composición y su autor (que he incluido en el apartado 1. del presente artículo). Agustín colabora en la web: www.tertulialavara.es en la que, en el apartado musical, escribe un artículo dedicado a esta marcha y en el que incluye una grabación de la misma interpretada por la Banda de Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina  en la procesión del Miércoles Santo de 1982. Es una magnífica grabación que recoge todo el esplendor y el sentir cartagenero en unos pocos minutos.
Al escuchar la marcha, me di cuenta de que sonaba algo diferente a como yo la recordaba. La escuché varias veces para identificar dónde estaba la diferencia mientras localizaba el guión que recordaba tener guardado en una carpeta. Una vez que di con él, escuché de nuevo la grabación, esta vez siguiendo la partitura. Efectivamente. Había diferencias y estas afectaban en gran medida a la sonoridad de la marcha en determinadas partes de la misma. Me dispuse a comparar esta grabación con otras que logré encontrar o que algún compañero del foro de Patrimonio Musical me cedió amablemente. En todas se apreciaban estas diferencias de sonoridad al mismo tiempo que, contrastando con el guión, salían más cosas.
Una vez en este punto y, lleno de entusiasmo por el descubrimiento, me lancé al foro de Patrimonio Musical para comunicarlo. Eran demasiadas emociones fuertes en poco tiempo: primero fue la posible autoría de la archiconocida “Corpus Christi” y luego esto. Más tarde, me he dado cuenta de que es necesario tomarse un tiempo y contrastar las noticias de este tipo antes de exponerlas para poder tener una base medianamente sólida. Pero bien es cierto que en esos momentos te invade la emoción y es esta la que predomina ante el juicio. Sólo la experiencia logra equilibrar la balanza y decantarla un poco hacia el otro lado.
Voy a intentar explicar a continuación y desde mi condición de músico con algo de experiencia (confieso que esta experiencia ha sido ganada en la Banda de Música y que no cuento con estudios de armonía a nivel de conservatorio), las diferencias encontradas entre las versiones que actualmente se pueden escuchar de la marcha In Memoriam con la original de puño y letra del propio compositor. Para ello, me ayudaré del material que he recopilado hasta ahora sobre todo consistente en ilustraciones de partituras, que ayudarán bastante a la hora de que el lector compruebe por sí mismo lo que aquí se comenta.
Ilustración 1. Portada del guión manuscrito de puño y letra del propio compositor.
El manuscrito en sí es un guión extendido que contempla las partes de todos los instrumentos que integran la banda (ilustración 3). Con respecto a la tonalidad, decir que comienza en Sol menor para los instrumentos afinados en Do (que tomamos de referencia) y así se puede ver en la armadura. Está escrita en compás de cuatro tiempos o compasillo. En las grabaciones que he podido escuchar, la marcha comienza directamente con la melodía en los metales graves. Según el guión original, la marcha debería comenzar con cuatro compases de percusión en los que intervienen solamente caja y platos (ilustración 2).
Ilustración 2. Comienzo de la marcha con la percusión.
Ilustración 3. Primera página del guión extendido y comienzo de la marcha.
Después de estos cuatro compases de percusión comienza la melodía en los metales graves, concretamente el bajo, para ir incorporándose después de dos compases trompas, trombones y bombardinos; seguidamente lo hacen fliscornos y cornetas; y por último se suman las maderas: flautín, requinto, clarinetes y saxos; que, formando una especie de canon, resuelven en un acorde final.
Es en esta primera parte de la marcha donde se encuentra la diferencia más notable. Como ya he dicho anteriormente, el comienzo de la marcha está armonizado en Sol menor y en la armadura aparecen los dos bemoles correspondientes (siempre teniendo como referencia a los instrumentos afinados en Do). Pues bien, en todas las grabaciones que he podido escuchar de esta marcha el comienzo de la misma está armonizado en Do menor por lo que en la armadura aparecerían tres bemoles en lugar de los dos originales. ¿En qué se traduce esto hablando en términos sonoros? Pues, sencillamente, que en las grabaciones mencionadas, cada vez que suena la nota La lo hace La bemol y no La natural como debiera si se ajustara a la partitura original.
Ilustración 4. Comienzo de la melodía por el bombardino. Apréciese que todos los La son naturales.
Cuándo apareció ese bemol de más es para mí un misterio, lo que si está claro es que, actualmente, la marcha ha cambiado su sonoridad sin percatarse de ello.
Después del acorde que cierra esa primera parte y que sirve de final cuando se realiza el D.C., la marcha cambia de tonalidad pasando a la de Fa menor y transcurre así por espacio de dieciocho compases. En esta parte sólo se aprecia una pequeña diferencia con respecto a las grabaciones. En los dos primeros compases, a modo de introducción del segundo tema, intervienen cornetas y trompas en una especie de llamada acompañadas por el bajo. En las grabaciones se suprime el bajo en estos dos compases. El resto del segundo tema continua fiel al guión.
Ilustración 5. La llamada introductoria del segundo tema.
La marcha vuelve a cambiar de tonalidad para iniciar el tercer tema. Esta vez lo hace a Si bemol mayor. Aquí ocurre que la nota La, siendo natural según la tonalidad, aparece alterada accidentalmente (La bemol) en los cuatro primeros compases para luego pasar a ser natural por efecto del becuadro. En las grabaciones se puede escuchar que la nota La aparece bemol en los cuatro primeros compases y continua siendo bemol en el quinto para las maderas y metales agudos y en el sexto compás para los metales graves dado que su entrada se realiza escalonada, siendo natural en lo sucesivo (ilustración 6).
Después de una larga sucesión de compases con predominio de metales entramos en el Trío cuya tonalidad va a ser la de Sol Mayor. Este tiene una duración de treinta y dos compases que, al repetir, se convierten en sesenta y cuatro hasta llegar al D.C. que nos lleva de vuelta al principio. En esta parte no se aprecian diferencias entre las grabaciones y el guión original.
Hasta aquí el análisis de lo más destacado. Luego se podría hablar de diferencias entre los matices que quería el compositor y los que se escuchan en las interpretaciones de la marcha; de añadidura de instrumentos; del curioso caso del saxo barítono que aparece en la relación de instrumentos del guión original pero que el autor no escribe para este nota alguna; o de la variación que hace una de las bandas que la interpreta, en una grabación en la que, después de concluido el primer tema, suben un tono al resto de la obra. Y así, una multitud de curiosidades y opiniones que de esta marcha se pudieran decir.
Ilustración 6. El comienzo del tercer tema y las alteraciones accidentales.
Como ya se comentó en la presentación de la marcha y así reza también en la portada de la misma, la revista musical “Harmonía” publicó en su número 62 esta composición. Debido a la dificultad de encontrar los números más antiguos de esta revista, no he podido comprobar si esta se ajusta al original aunque presumo que efectivamente sea así y las interpretaciones que escuchamos actualmente sean el resultado de transcripciones de una época posterior.
Únicamente dispongo de una partitura editada de clarinete 2º y 3º que guardaba y que confirma esto que digo. Sin embargo, en la fotocopia no se advierte la firma de la casa editorial. Puede ser que apareciera un poco más abajo de donde está hecho el corte de la fotocopia, pero esto es sólo una mera suposición. En la partitura se advierte la tonalidad con laque empieza la marcha (recordemos que el clarinete está afinado en Si bemol y por consiguiente la tonalidad que aparece es la de La menor, es decir, un tono más alto), los cuatro compases de espera pertenecientes a la introducción que realiza la percusión, y también las notas alteradas (en este caso la nota Si) ya sea por la armadura o accidentalmente.
Las marcas de cinta adhesiva en los bordes para evitar su rotura bien pudieran advertirnos de la antigüedad de la partitura o del constante uso que ha tenido o las dos cosas.
Ilustración 7. La partitura editada podría ser la de “Harmonía”.

Ilustración 8. Portada del guión reducido del archivo de la Banda Municipal de La Laguna.
La marcha fúnebre In Memoriam ha permanecido hasta nuestros días creo que gracias a la labor que en su día realizara la revista musical “Harmonía”, dirigida por Mariano San Miguel. Por lo menos garantizó su difusión durante muchos años. Teniendo en cuenta que se trata de una composición del año 1921, hubiera sido difícil que nos llegara intacta en su forma primitiva. Sin embargo se conserva el guión original de puño y letra del autor que ya es bastante.
No se sabe a ciencia cierta en qué momento sufrió los cambios más evidentes que hemos tratado aquí, lo cierto es que la grabación más antigua que he escuchado de la interpretación de la misma es la que se encuentra en la sección de música de la página web: www.tertulialavara.es, realizada en 1982 e interpretada por la Banda de Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina, y en ella ya se advierten los mencionados cambios.
No sé qué alcance pueda tener esta noticia, sobre todo en Cartagena por lo que significa para ellos esta marcha. Lo cierto es que habrá personas que habrán conocido “de toda la vida” la versión que se interpreta actualmente.
Está claro que fuera de Cartagena esta marcha es una gran desconocida porque, si no fuera así, hace tiempo que alguien se hubiera percatado de ello y sacado a la luz esto que ahora se hace público.
Sólo resta por saber cuándo se grabará la versión original (si es que no existe), tal y como la quiso Agustí Coll i Agulló.
David Marrero Pérez
Publicado en Patrimonio Musical en 2008
- GARCÍA SEGURA, Alfredo. ‘Músicos en Cartagena. Datos Biográficos y Anecdóticos’. Cartagena, 1995.
- GUANYABENS i CALVET, Nicolau. ‘L’Aportació del music i compositor Agustí Coll i Agulló (1873-1944)’ en Fulls/87 del Museu Arxiu de Santa Maria. Mataró, 2007
- “Mataró”. Diario. Sábado 25 de marzo de 1944
- Base de Datos de la web de la Biblioteca Nacional de España.
- Archivo de la Biblioteca Popular de la Caixa Laietana.
- Archivo de la Banda Municipal de La Laguna.


Y la inestimable colaboración de Enric Anfruns, de Manresa (Barcelona); Nicolau Guanyabens, de Mataró; y Carmen Espriú, de Mataró.

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